
(1) Salí de mi casa joven empecé a rodar el mundo con aire cogitabundo cargué mi maleta, rengo, la mismita que ahí tengo pues en riqueza no abundo. (2) Uno por ahí de extranjero todos tienen que probarlo, te toman por un bolardo. El “no sabe quién soy yo” en la mano me estalló, el rol me tocó ganarlo. (3) Te inventas cualquier oficio, la costumbre del rebusque no hay paisano que le ofusque, aseador, coima, “mulas” o revendedor de bulas que fue mi caso de embuste. (4) Y por un lado pa’ el otro me ha tocado trasegar yo duermo en cualquier hangar no sé si encuentre yanta más el hambre no me espanta el habla lleva mi hogar. (5) Pa’ nadie la vida es fácil aún la vieja Europa no es que vaya viento en popa más tiene oportunidades. Extremas desigualdades son gastadero de ropa. (6) La gente buena es poquita más hace la diferencia, con alguna deferencia cuan enorme resultado: en este mundo cagado produce magnificencia. (7) Alguna vez tuve un perro me seguía en compañero refrescábamos guargüero, respondía al nombre: “Lelo”. Un mal le quitó el pelo, no hubo quejo lastimero. (8) Fui a templar al África cuna de la humanidad, nunca vi tal mortandad ni tantas ganas de vida allí la canción convida a luchar por dignidad. (9) Más algunos me critican por andariego, por vago: que ya no me gusta el trago, me olvidé de la nación… Pa’ ellos solo hay corazón en medio del empalago. (10) En tierra vamos de paso cual peregrino sediento buscamos un nacimiento más allá de las estrellas y dejamos tan solo huellas: de tarde las lleva el viento. (11) Paréntesis entre nadas la vida pa’ los nihilistas que se meten de pianistas más no les dicta la música, la filosofía acústica: un embrollo solipsista. (12) Yo no sé de donde vengo y tampoco a donde voy, solo sé que este convoy al fin una trama teje pues a mí me queda un deje si canta el Cuco Valoy. (13) También conocí el amor y a la vida le agradezco por brindarme este refresco cuando moría de sed, pues ahora mire usted con mis hijos cuanto crezco. (14) He sido muy solitario envuelto en penas y triste, águila no come alpiste mira desde las alturas los muertos sin sepulturas a quienes “nadies” asiste. (15) Y por correr de la muerte muchos agarran camino, no importa si un desatino los lanza por precipicio, al menos tienen el juicio de buscar otro destino. (16) Soy del éxodo un hijo en pos de tierra prometida busqué mejorar la vida. Como un extranjero errante tras misterio rutilante, logré ganar la partida. (17) Y no me las doy de guapo, yo he sido loco con suerte acepto si llega la muerte, trato de ser buena gente confío en un Dios clemente en la copa, por favor, vierte. (18) Cual la lluvia de esta tarde que corre por el jardín quiero llegar hasta el fin regando todas las flores, ellas como mis amores adornan calle Junín. (19) Ahí van las aves de paso juntas emprenden su vuelo solas no dejan el suelo. El grupo domina ese arte: seguir vida en otra parte con las raíces en el cielo. (20) Éxodo: peregrinaje en busca de libertad, por divina voluntad las tablas del mandamiento alumbran entendimiento cuna de modernidad. (21) Y los magos del faraón considerados egregios nunca fueron al colegio del buen Dios creador del mundo. Como dijo don Edmundo: no hay ciencia con sortilegio. (22) Aunque algunos se disgusten: en una tierra encantada se disimula entramada. ¡Si! las leyes con sahumerio entronizan el misterio, engrupen a la manada. (23) Faraón entre los dioses es la estrella de la aurora, su poder desde antes y ahora se considera sagrado, si el pueblo vive enjalmado que se pegue de la Tora. (24) Bajo persecución nace. En un cesto cual piragua Moisés salvo de las aguas, ve la opresión de su gente. Dios le da mandato urgente: que salve a todas sus guaguas. (25) Así vamos por el mundo en un éxodo por trocha, a pesar de pata mocha marcha el perro callejero, aún con tanto fullero conseguimos hacer ochas. Fin.
© Jorge Salazar Isaza
