Al salir del mar del Norte en la playa de Dunkerke, allí, un soldadito verde me encontré sobre las olas. A la guerra juega a solas donde otrora sangre vierten. De plástico, con pedestal, en la mano una granada a punto de ser lanzada, otras en torno al chaleco. De algún niño el embeleco en su batalla soñada. En aquella misma arena un hermano de su abuelo presto sirvió de señuelo pa’ distraer el enemigo y otros ponerse al abrigo de la muerte bajo el cielo. Del famoso desembarque un héroe fue su pariente, el soldadito valiente que tiene entre sus dedos ¡si! le cuenta al oído quedo como ocurrió el incidente.