Plegaria

Foto: Annie Drese.

© Jorge Salazar Isaza

(1)
Líbrame de las lisonjas
pedestal do sube mi ego,
ellas guardan cual esponjas
veneno que vuelve ciego.

(2)
Protégeme de paraísos
donde no llega el dolor
de los pobres y enfermizos
que conducen a tu amor.

(3)
Y cúbreme con tu abrigo
pues en las noches de invierno
me hace falta un brazo amigo:
el tuyo mi Padre eterno.

(4)
Ayúdame a ser sencillo
como el canto del sinsonte
que en la espesura del monte
nos orienta con su brillo.

(5)
Guárdame de la jauría:
corre de sangre sedienta
por eso siempre se inventa
los culpables a porfía.

(6)
Dame tu fuerza serena
la misma que mostró tu hijo
quien desde su crucifijo
perdonó a manos llenas.

(7)
Socórreme en mi delirio
de mentira mañanera
cuando busco la manera
de escabullir tu martirio.

(8)
Protégeme de mí mismo
que desea de otro mujer
y no le teme al abismo
de copiarle su querer.

(9)
Sálvame de la arrogancia
que desprecia al desvalido:
mira al hombre mal herido
cual ruina de la fragancia.

(10)
Libérame del prejuicio
que me impide ver el mundo,
también hueco en que me hundo
para los otros suplicio.

(11)
Consérvame la pureza
la muy poca que me queda
que de la vida la rueda
me devuelva la entereza.

(12)
Al final de mi camino
por favor ponme a tu lado
que luche por el destino
de ser bienaventurado.

(13)
Inspírame tu palabra
que la energía renueva
cual el salto de una cabra.
Ella nunca se “desgüeva”.

(14)
Al alba canto tu gloria
con la luz del nuevo día
fluye cariño la noria:
servirte con alegría.

(15)
Envía tu santo fuego
calienta en la noche helada,
de tu nombre no reniego
prende la leña mojada.

(16)
Regálame la humildad
de pescador, de alfarero
del buscador de verdad
que se esconde en el jilguero.

(17)
Cuando cansados mis ojos
apaguen su luz por siempre
mi alma se alegre de hinojos
porque al fin llegó diciembre.

(18)
Pon Señor un corazón
capaz de decirte gracias
por el sol y la sazón
que nos brindan las acacias. 

	       
	         Fin 

5 comentarios sobre “Plegaria

  1. Hola, Jorge, ya estás compitiendo con el canto de San Francisco de Asís. Muy bueno, como siempre. Un fuerte abrazo de los dos desde el ahora tormentoso Caribe, amenazado por un posible huracán.

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  2. Jorge, estas coplas me parecen muy transparentes. La persona que hace una plegaria es porque siente la necesidad de pedir con humildad lo que necesita. Respiro esa humildad en cada una . En ellas está reflejado el ser humano en su pequeñez ante la grandeza de la Naturaleza y de Dios.
    La foto está muy hermosa y tiene mucho sentido.
    Gracias por esta bella creación, qué rico volverme a encontrar contigo a través de tus escritos.

    Me gusta

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